Asociación de Iglesias Bíblicas Costarricenses
¿QUIENES SOMOS?
HISTORIA DE LA ASOCIACIÓN DE IGLESIAS BÍBLICAS COSTARRICENSES
A.I.B.C.
El Trasfondo
Luego de más de tres siglos de la llegada de los primeros colonos a Costa Rica, se abrió la puerta de la predicación del evangelio en español. En 1891 llegó la familia McConnell, primeros misioneros de la nueva Misión Centroamericana cuyo fundador fue el Dr. Cyrus Scofield, conocido autor de los apuntes de la Biblia Scofield. Después de 25 años de laborar los McConnell y otros compañeros misioneros, llegaron a Costa Rica misioneros de la Iglesia Metodista, entre ellos el recordado Jorge Miller. La obra era muy dura en aquellos días y el crecimiento de las iglesias muy lento.
En el año 1921 llegaron de la Argentina Enrique y Susana Strackan, quienes fundaron en Costa Rica la obra que llegó a conocerse como la Misión Latinoamericana (M.L.A.). La visión de don Enrique fue la de evangelizar todo el continente, como parte de esta tarea se propiciaron campañas evangelísticas en toda América Latina. Por otra parte, doña Susana se destacó por su actividad en Costa Rica. En 1923 ella fundó la Escuela para la Preparación de Obreras, además de ser la precursora del Seminario Bíblico Latinoamericano (hoy Universidad Bíblica Latinoamericana), el cual desde el principio enviaba a los estudiantes por los pueblos en constante evangelización.
En 1927 la Misión Latinoamericana, todavía conocida como “La campaña para la Evangelización en América Latina”, celebró una magna concentración (campaña) en San José. Los resultados fueron tan abundantes que las iglesias existentes no tuvieron campo para los nuevos creyentes. Como consecuencia, los misioneros de la M.L.A. iniciaron estudios bíblicos y escuela dominical en “el Anexo” de la residencia de los estudiantes masculinos del Seminario. En mayo de 1928 inició la construcción del edificio que con el tiempo llegó a ser el Templo Bíblico. El nuevo edificio fue inaugurado el 5 de mayo de 1929 y la iglesia reunía en él se constituyó formalmente el 3 de enero de 1930.
Las iglesias bajo la Misión Latinoamericana
La Misión Latinoamericana no tenía como meta el fundar iglesias pero los resultados de la campaña de evangelización más el trabajo de los estudiantes del Seminario y de los misioneros fue muy positivo, razón por la cual fue necesario atender a los nuevos creyentes. Esto trajo como consecuencia el nacimiento de nuevas congregaciones. Los seminaristas salían de las aulas a evangelizar los fines de semana. Además organizaron grupos en varios barrios de San José, en lugares lejanos como Orotina, San Mateo, Monte del Aguacate y Atenas. También visitaron los pueblos alrededor de Heredia: Santo Domingo, San Joaquín de Flores, Santa Bárbara y San José de la Montaña, donde doña Susana de Strachan fundó el Hogar Bíblico para niños.
Por otro lado, la Misión envió a Guanacaste a la señorita misionera neozelandesa Jessie Elder, quien a caballo evangelizó una buena parte de los alrededores de Cañas y Liberia hasta Río Naranjo y La Cruz. Durante los veranos los estudiantes del Seminario trabajaron con la misionera Elder y evangelizaron en el territorio de Santa Cruz donde más tarde fue fundada la primera Iglesia Bíblica de la provincia de Guanacaste.
En aquellos días, la administración y sostenimiento de las iglesias estaba a cargo de la Misión Latinoamericana. Incluso el pago de los pastores, la edificación de templos, entre otros.
Se construyeron capillas, se celebraron congresos regionales y se establecieron pastores para encargarse de la obra en varias regiones. Cabe destacar que por el énfasis dado a la Biblia, la gente nos denominó “Los Bíblicos”. La obra creció en diferentes dimensiones y por lo tanto, fue necesaria una organización formal y adecuada tanto para las iglesias locales como para la institución en general. El fin fue tener una orientación eclesiástica definida y así lograr un mejor desarrollo, un gobierno de iglesia y de la institución adecuados, además del sostenimiento propio.
La Formación de la Asociación
En diciembre de 1943 por iniciativa de don Kenneth Strachan, hijo de los fundadores, se reunieron en Puntarenas representantes de los diferentes grupos de creyentes. Se discutió la necesidad de formar la Asociación de las iglesias, fruto de la evangelización bajo los auspicios de la Misión Latinoamericana. No todos los hermanos estaban de acuerdo con la necesidad de organizarse; sin embargo, se eligió un comité para continuar la obra y hacer planes para el futuro. También se adoptó una constitución tentativa. El nombre dado a las iglesias bíblicas fue el de Sínodo Bíblico Costarricense.
Durante el año 1943 por iniciativa de don Kenneth, los estudiantes del Seminario, Víctor Monterroso y Máximo Caravaca con unos misioneros visitaron los grupos de creyentes, predicaron el Evangelio y bautizaron, oficiaron matrimonios y organizaron varios de los grupos en iglesias formales.
Conforme a lo acordado, la siguiente convención del llamado Sínodo se celebró en el Templo Bíblico durante la Semana Santa de 1945. Se organizó el grupo de nueve iglesias formalmente constituidas en la nueva Asociación. En vez de Sínodo, se escogió como nombre oficial “Asociación de Iglesias Bíblicas Costarricenses”. Se eligió la primera Junta, el presidente fue el Reverendo José Ángel Solano, pastor de la Iglesia Bíblica de Santa Bárbara de Heredia. Se adoptó oficialmente la constitución y se acordó darle el nombre de Artículos de Fe y Orden, el cual se mantiene hasta hoy. Las nueve iglesias fundadoras de la A.I.B.C. fueron el Templo Bíblico en San José, la Iglesia Bíblica de San José de La Montaña, Santa Bárbara de Heredia, Orotina, Santa Cruz, Las Juntas de Abangares, Cañas, Tilarán y el Mango.
En la primera convención y a instancias de la Misión Latinoamericana, se aprobó un plan de siete años (1946-1952), éste pretendía que cada iglesia tuviese autosuficiencia económica. El plan no tuvo éxito. Las necesidades crecían y la Misión (M.L.A.) con la ayuda de las iglesias más fuertes económicamente, continuó comprometida con los pagos salariales de los pastores cuyas iglesias eran las más débiles financieramente.
Durante unos años más, la gran mayoría de las iglesias no se responsabilizaron de las obligaciones económicas del pastor. No fue sino hasta principios de los años 60 cuando la Misión Latinoamericana anunció el retiro de su contribución económica, debido a los grandes gastos de las campañas internacionales de Evangelismo a Fondo. Las iglesias entonces se dieron cuenta de la necesidad de hacerse responsables de sus propios pastores, lo anterior aceleró el proceso para lograr tener el sostenimiento propio.
Al desvincularse económicamente la A.I.B.C. de la Misión Latinoamericana, los nacionales tenían toda la responsabilidad tanto de las iglesias locales como de la Organización.
- Anterior
- Siguiente >>